TRASTORNOS DE BIPOLARIDAD
Catherine Zeta Jones cayó en una profunda depresión que la llevó a buscar ayuda profesional desde que su esposo, el actor Michael Douglas, fue diagnosticado con cáncer. Hoy, la actriz se encuentra en tratamiento después de que supo que era bipolar.
El de Zeta Jones no es el único caso de famosos con esta patología. Aunque no han sido diagnosticados ni ellos lo han revelado, Robert Downey Junior, Robin Williams, Tim Burton y Jim Carrey figuran entre los artistas que, por sus cambios de ánimo, registran síntomas similares a los de la bipolaridad.
Este término médico surgió hace algunos años, explica el psiquitra Pedro Posligua, y es una forma de referirse a la enfermedad maniaco-depresiva, “un cuadro clínico en el que el paciente pasa de una depresión severa a una crisis de manía o hipomanía (grados de exaltación y celeridad al actuar)”.
La psiquiatra Julieta Sagnay aclara que al contrario de lo que la mayoría de la gente piensa, la bipolaridad no constituye una doble personalidad. “Se trata más bien de un estado cambiante del ánimo”.
Según el psicólogo y psiquiatra Eduardo Tigua, el origen de la patología no está definido. Esto porque existen varias teorías, entre ellas una que dice que la bipolaridad es el resultado de traumas contundentes, extremos, que dejan a la persona ‘golpeada’ de tal manera que su estado de ánimo se modifica abruptamente.
Otra teoría sugiere que es adquirida por herencia sanguínea. “En esta enfermedad, como en la mayoría de los problemas psiquiátricos, existe vulnerabilidad”, explica Posligua. Esto es una predisposición a adquirir la patología, lo que ocurre cuando hay antecedentes en la familia de crisis similares.
Tigua sostiene, no obstante, que la bipolaridad se desarrolla en los primeros años de vida, lo que podría confundirse con una enfermedad genética. “Sí hay herencia, pero esta no llega por vía sanguínea, sino por aprendizaje. Si los padres son cambiantes es normal que los hijos hereden esta conducta”.
Para Posligua, los factores ambientales también influyen. Al momento en que se suscita una crisis, como consumo de drogas o situaciones existenciales difíciles, el paciente llegaría a la bipolaridad, sostiene.
En este último caso se encuentra Carolina, quien tiene 40 años y es madre de cuatro hijos. Su progenitora piensa que su hija es bipolar desde que viajó al extranjero (Carolina fue deportada hace cinco años y estuvo en Europa diez meses), donde tuvo “duras vivencias” relacionadas con droga y maltrato conyugal.
“Los cambios de ánimo que tiene asustan a todos en la casa. Grita, se enoja o solo llora y no habla con nadie, ni con sus hijos”. Según lo que relata su madre, Carolina ha experimentado las dos etapas de la bipolaridad: la maniaca y la depresiva, explica Posligua.
Según Sagnay, cuando la depresión aparece, los primeros síntomas que se observan son: la tristeza, la falta de interés, el sueño, la fatiga, la desilusión de la vida, la desesperanza; el otro extremo, la manía, que se presenta como un exceso de energía, aceleramiento, diálogo apresurado, no mide riesgos ni consecuencias, hace diversas actividades y no las termina ninguna.
Los especialistas coinciden en que es necesario que la familia apoye al paciente. “Esta condición mental es repelente, mientras más ignorancia hay en los parientes acerca de la patología es mayor la agresividad y el rechazo hacia el enfermo”, señala Tigua.
Posligua explica que es preciso educar al paciente y a la familia, para que esta también reconozca los síntomas que debilitan al paciente, porque los parientes pueden llamar la atención de la persona bipolar y hacer que sea conducido tempranamente a un tratamiento que vaya a contrarrestar la crisis.
No existe una cura para esta enfermedad, pero los medicamentos estabilizadores de ánimo son muy importantes para su tratamiento, además de la psicoterapia, que hace que el paciente esté consciente de su condición, apunta Sagnay.
Sobre este mal
Diferencias
Para el psiquiatra Pedro Posligua, todas las personas somos bipolares, porque tenemos tendencias al placer y a la depresión. La diferencia de los enfermos de bipolaridad es que los desplazamientos del humor son mucho más extremos que los que se observan en una persona normal.
CitaEl Congreso Latinoamericano de Psiquiatría Biológica, que se realizará en Lima en noviembre próximo, tiene como tema principal la enfermedad bipolar.
“Al contrario de lo que muchos piensan, la bipolaridad no constituye una doble personalidad. Se trata más bien de un estado cambiante del ánimo”.
Julieta Sagnay, psiquiatra.
El de Zeta Jones no es el único caso de famosos con esta patología. Aunque no han sido diagnosticados ni ellos lo han revelado, Robert Downey Junior, Robin Williams, Tim Burton y Jim Carrey figuran entre los artistas que, por sus cambios de ánimo, registran síntomas similares a los de la bipolaridad.
Este término médico surgió hace algunos años, explica el psiquitra Pedro Posligua, y es una forma de referirse a la enfermedad maniaco-depresiva, “un cuadro clínico en el que el paciente pasa de una depresión severa a una crisis de manía o hipomanía (grados de exaltación y celeridad al actuar)”.
La psiquiatra Julieta Sagnay aclara que al contrario de lo que la mayoría de la gente piensa, la bipolaridad no constituye una doble personalidad. “Se trata más bien de un estado cambiante del ánimo”.
Según el psicólogo y psiquiatra Eduardo Tigua, el origen de la patología no está definido. Esto porque existen varias teorías, entre ellas una que dice que la bipolaridad es el resultado de traumas contundentes, extremos, que dejan a la persona ‘golpeada’ de tal manera que su estado de ánimo se modifica abruptamente.
Otra teoría sugiere que es adquirida por herencia sanguínea. “En esta enfermedad, como en la mayoría de los problemas psiquiátricos, existe vulnerabilidad”, explica Posligua. Esto es una predisposición a adquirir la patología, lo que ocurre cuando hay antecedentes en la familia de crisis similares.
Tigua sostiene, no obstante, que la bipolaridad se desarrolla en los primeros años de vida, lo que podría confundirse con una enfermedad genética. “Sí hay herencia, pero esta no llega por vía sanguínea, sino por aprendizaje. Si los padres son cambiantes es normal que los hijos hereden esta conducta”.
Para Posligua, los factores ambientales también influyen. Al momento en que se suscita una crisis, como consumo de drogas o situaciones existenciales difíciles, el paciente llegaría a la bipolaridad, sostiene.
En este último caso se encuentra Carolina, quien tiene 40 años y es madre de cuatro hijos. Su progenitora piensa que su hija es bipolar desde que viajó al extranjero (Carolina fue deportada hace cinco años y estuvo en Europa diez meses), donde tuvo “duras vivencias” relacionadas con droga y maltrato conyugal.
“Los cambios de ánimo que tiene asustan a todos en la casa. Grita, se enoja o solo llora y no habla con nadie, ni con sus hijos”. Según lo que relata su madre, Carolina ha experimentado las dos etapas de la bipolaridad: la maniaca y la depresiva, explica Posligua.
Según Sagnay, cuando la depresión aparece, los primeros síntomas que se observan son: la tristeza, la falta de interés, el sueño, la fatiga, la desilusión de la vida, la desesperanza; el otro extremo, la manía, que se presenta como un exceso de energía, aceleramiento, diálogo apresurado, no mide riesgos ni consecuencias, hace diversas actividades y no las termina ninguna.
Los especialistas coinciden en que es necesario que la familia apoye al paciente. “Esta condición mental es repelente, mientras más ignorancia hay en los parientes acerca de la patología es mayor la agresividad y el rechazo hacia el enfermo”, señala Tigua.
Posligua explica que es preciso educar al paciente y a la familia, para que esta también reconozca los síntomas que debilitan al paciente, porque los parientes pueden llamar la atención de la persona bipolar y hacer que sea conducido tempranamente a un tratamiento que vaya a contrarrestar la crisis.
No existe una cura para esta enfermedad, pero los medicamentos estabilizadores de ánimo son muy importantes para su tratamiento, además de la psicoterapia, que hace que el paciente esté consciente de su condición, apunta Sagnay.
Sobre este mal
Diferencias
Para el psiquiatra Pedro Posligua, todas las personas somos bipolares, porque tenemos tendencias al placer y a la depresión. La diferencia de los enfermos de bipolaridad es que los desplazamientos del humor son mucho más extremos que los que se observan en una persona normal.
CitaEl Congreso Latinoamericano de Psiquiatría Biológica, que se realizará en Lima en noviembre próximo, tiene como tema principal la enfermedad bipolar.
“Al contrario de lo que muchos piensan, la bipolaridad no constituye una doble personalidad. Se trata más bien de un estado cambiante del ánimo”.
Julieta Sagnay, psiquiatra.
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