Administracion de medicamentos Intramuscularmente

ADMINISTRACIÓN PARENTERAL DE MEDICAMENTOS:
LA VÍA INTRAMUSCULAR

INTRODUCCIÓN

La vía intramuscular es una de las cuatro vías parenterales que existen para la
administración de medicamentos. A la hora de administrar una medicación se
debe de actuar sistemáticamente, cumpliendo una serie de pasos:
• Preparar el material necesario.
• Preparar el medicamento.
• Elegir el lugar de inyección.
• Administrar el medicamento.

PREPARACIÓN DEL MATERIAL NECESARIO PARA LA ADMINISTRACIÓN
INTRAMUSCULAR DE LOS MEDICAMENTOS

El material que se precisa es el siguiente:
• Antiséptico.
• Jeringuilla. La cantidad de fármaco que hemos de administrar será la que
determinará su capacidad.
• Agujas. Emplearemos una aguja para cargar la medicación y otra para inyectarla
intramuscularmente (longitud de 25-75 mm, calibre de 19-23G y
bisel medio).
• Gasas o algodón.
• Guantes (no es necesario que sean estériles).

PREPARACIÓN DEL MEDICAMENTO A ADMINISTRAR INTRAMUSCULARMENTE
Antes de realizar cualquier procedimiento hay que lavarse las manos y enfundarse unos guantes, que en este caso no es preciso que sean estériles.

ELECCIÓN DEL LUGAR DE INYECCIÓN PARA LA ADMINISTRACIÓN INTRAMUSCULAR DE MEDICAMENTOS
Las zonas donde se pueden administrar los medicamentos intramuscularmente
son la dorsoglútea, la deltoidea, la ventroglútea y la cara externa del muslo. A la hora de elegir el lugar de punción tendremos en cuenta la edad del paciente y su masa muscular, la cantidad de medicamento a inyectar, si es una sustancia más o menos oleosa, etc.
Las características principales de cada una de las áreas se describen a continuación.

En la tabla 1 se ofrece un resumen de ellas.


• Zona dorsoglútea. Se localiza en el cuadrante superoexterno de la nalga,
pues así es como se evita lesionar el nervio ciático. Es el lugar que más
fármaco admite: hasta 7 ml. El paciente puede estar en decúbito lateral, en
decúbito prono o en bipedestación (en este último caso, debe de tener cerca
una zona de apoyo por si surge cualquier complicación). Debe de evitarse
su uso en los menores de tres años.


• Zona deltoidea. Está ubicada en la cara externa del deltoides, a tres traveses de dedo por debajo del acromion. Se debe de tener en cuenta que el
nervio radial pasa cerca de ahí. Admite hasta 2 ml de volumen. El paciente
puede estar prácticamente en todas las posiciones: sedestación, decúbito
supino, decúbito lateral o bipedestación.
• Zona ventroglútea. Es una de las más seguras, ya que no tiene cerca ningún
punto conflictivo. Con el enfermo en decúbito lateral o en decúbito supino,
colocaremos nuestra mano en la base del trocánter mayor del fémur
del lado elegido. A continuación abriremos los dedos de la mano y pincharemos en el espacio que quede entre los dedos índice y medio. Admite
hasta 5 ml. de volumen. Junto con la dorsoglútea es la de elección para los
niños mayores de tres años.
• Cara externa del muslo. Admite hasta 5 ml de volumen. Con el paciente en
decúbito supino o en sedestación, delimitaremos una banda imaginaria que
vaya, por la cara externa del muslo elegido, desde el trocánter mayor hasta
la rótula. La zona óptima de inyección está localizada en esta banda, 5 cm
por arriba y 5 cm por debajo de su punto medio. Es la zona de elección para
los niños menores de tres años.
 
 
APLICACIÓN INTRAMUSCULAR DEL MEDICAMENTO
Los pasos a seguir a la hora de ejecutar la inyección intramuscular son los siguientes:
• Antes de inyectar el medicamento desinfectaremos la piel. Para ello aplicaremos una torunda impregnada de antiséptico en el centro de la zona elegida.
Posteriormente y con un movimiento que dibuje una espiral hacia fuera,
abarcaremos un diámetro de unos 5 cm. Con ello “barreremos” hacia el exterior
los gérmenes de esa zona de la piel, cosa que no conseguiremos si el
movimiento que le imprimimos a la torunda es de derecha a izquierda o de
arriba abajo.
• Según la bibliografía, la aguja se puede insertar tanto mediante el sistema
cerrado (jeringa y aguja conectadas) como mediante el sistema abierto
(jeringa y aguja separadas), no poniéndose de acuerdo las fuentes si un
procedimiento es mejor que el otro y cuándo debe aplicarse cada uno de
ellos. En lo que sí hay coincidencia es en que la aguja se debe de introducir
formando un ángulo de 90º (por lo que es indiferente hacia dónde mire el
bisel) con un movimiento firme y seguro, en un solo acto.
• Antes de introducir el medicamento siempre se debe aspirar para ver si
hemos conectado con un vaso. En caso afirmativo, debemos extraer la
aguja y pinchar nuevamente en otro lugar.
• El medicamento se debe de inyectar lentamente ya que, aparte de ser menos doloroso, iremos dando tiempo a que se vaya distribuyendo por el músculo.
Como media emplearemos un minuto -y nunca menos de treinta segundos-
en introducir 5 ml de sustancia. Durante todo el procedimiento iremos
observando cómo va reaccionando el paciente y le preguntaremos si
tiene dolor, si se encuentra mareado, etc.
• Una vez hayamos administrado todo el medicamento, esperaremos unos
diez segundos antes de retirar la aguja, pues así evitaremos cualquier pérdida
de medicación. A continuación colocaremos la torunda con el antiséptico
justo sobre el punto de la inyección -al sujetar la piel minimizaremos en
lo posible el dolor- y retiraremos la aguja con suavidad y rapidez. Posteriormente haremos una suave presión mientras friccionamos ligeramente la zona para evitar que el medicamento se acumule y así favorecer su absorción

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