El facebook y los celulares: dañino para los niños?

Es un hecho que los adolescentes pasan horas enviando mensajes de texto, en Facebook o con los videojuegos y esto hace que sus padres pierdan la paciencia.




Sin duda, existen peligros reales relacionados con el tiempo que los adolescentes pasan pegados a una pantalla, como el acoso entre sus compañeros de clase, la obesidad por falta de actividades físicas, perder la atención al conducir por atender el celular, una capacidad de concentración reducida y la pornografía en internet.

Pero muchos de los padres de la actualidad pasaron, en su tiempo, horas sentados frente a la pantalla, solo que era de una televisión.


Lo que nos crea una interesante duda: ¿realmente es peor para los cerebros de los adolescentes el Facebook que los programas de televisión que sus padres consumían cuando estaban en la secundaria?


Douglas Gentile, un psicólogo especializado en niños y jóvenes y profesor asociado de la Universidad del estado de Iowa en Ames, e investigador de los efectos de los medios de comunicación en los niños, dijo que enviar mensajes de texto, Facebook y los videojuegos no son malos por sí mismos. Tampoco son inherentemente mejores o peores que ver televisión, aunque sí representan riesgos distintos, como el acoso de los compañeros de clase o desconocidos.

Pero las investigaciones han demostrado que entre más tiempo pasan los chicos frente a las pantallas, ya sea la tele o enviando mensajes de texto, es peor su desempeño escolar. Eso no significa que sea cierto para cada chico, pero sí tiene sentido, por cada hora que un adolescente pase jugando videojuegos hay una hora menos para que hagan su tarea, lean, exploren o creen cosas, agregó.


Gentile califica esto como la hipótesis del desplazamiento. Si el tiempo que pasan poniéndole atención a todos estos aparatos electrónicos desplaza el tiempo para hacer su tarea, esto es malo. Pero si la tarea ya está hecha, bueno entonces, ¿qué tiene de malo?, dijo.

El psicólogo, que confiesa que su propio hijo adolescente superó los 9.000 mensajes de texto en un mes el verano pasado, concuerda con que los padres pasan por muchos aprietos para tratar de ajustarse a un mundo en el que los chicos prefieren ver palabras en su celular que tener una conversación.

Para la generación mayor no es parte de su cultura, dijo. Tienen una resistencia a ello. Ver televisión en familia, por más trivial que parezca, es añorado ahora por los padres.


Ron Neal, que vive en Los Ángeles y tiene una hija adolescente a la que le encanta la tecnología, admite que cuando creció veía mucho la televisión. Teníamos nuestras mentes adormecidas por la televisión y quizá ahora ellos ven cosas inútiles en internet o en YouTube, pero también me parece que con esta tecnología desarrollan muchas habilidades que nosotros nunca podríamos comprender. Cuando mi hija está en casa tiene todo prendido: la tele, la computadora, se comunica con sus amigos y está haciendo la tarea al mismo tiempo, anotó Neal. Están tan conectados emocionalmente con sus amigos las 24 horas del día que si les llega un mensaje de texto se sienten obligados a responder en cuestión de segundos, dijo.


La gran cantidad de tiempo que los adolescentes pasan con todos estos aparatos está muy bien documentada. Una encuesta reciente realizada por The Associated Press y mtvU descubrió que un tercio de los estudiantes de universidad utiliza computadoras, celulares o consolas de videojuegos seis horas o más al día.


Otro estudio realizado por la organización Kaiser Family Foundation, publicado en enero, descubrió que entre más tiempo pasan los chicos con los medios de comunicación, que también incluyen a las computadoras, escuchar música y los videojuegos, sus calificaciones y su nivel de satisfacción personal son menores.

Gentile agregó que el impacto del tiempo con los aparatos electrónicos en las tareas escolares puede mitigarse con lo que denomina factores de protección, entre los que se puede incluir: profesores buenos y buenas calificaciones, el amor por la lectura, pertenecer a una familia donde la educación es apreciada y el contacto con experiencias que son enriquecedoras cultural e intelectualmente. Si tiene todos esos factores de protección dijo Gentile, entonces a quién le importa un pequeño factor de riesgo como el tiempo que pasan frente a la pantalla.


Los padres
Si su hijo se sienta en la sala para ver televisión uno puede acompañarlos y esto es una experiencia compartida, dice el experto Douglas Gentile.
Pero si están enviando mensajes de texto o hablando por video con un amigo de la escuela es una experiencia privada, es como si se dijeran secretos y los padres lo sienten como una grosería. Pasan aprietos para tratar de ajustarse a un mundo en el que los hijos prefieren una comunicación virtual.

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